URO, CADÁVER POLÍTICO REPUDIADO POR OAXACA

OAXACA, CIUDAD DE LA RESISTENCIA. – En su ambición de poder, el cadáver político de Ulises Ruiz Ortiz merodea por suelos Oaxaqueños haciendo señalamientos hacia los maestros de este combativo Estado sin tener la calidad moral y política para descalificar a un movimiento que enfrentó la política de represión y asesinatos de su Gobierno.

Hoy, con todo descaro navega con bandera de idealista cobijado en un discurso de anticorrupción cuando su gestión gubernamental estuvo caracterizada por haber instalado elefantes blancos en todo el Estado y beneficiarse del erario público.

A más de 12 años de la represión contra el movimiento magisterial y popular, el carnicero de Antequera Ulises Ruiz Ortiz sigue diciendo “Yo no maté a nadie” auto justificando su gobierno corrupto y criminal.

Esta tarde, URO se presentó en la ciudad de Oaxaca para hablar con algunos medios de comunicación de su ambiciosa carrera por la representación de un partido político que demostró con Peña Nieto al frente, su obediencia a los proyectos neoliberales.

La obsesión por la dirigencia ha provocado que el asesino sufra de amnesia al manifestar que en el 2006 su fallido desalojo no tuvo muertos. Es necesario señalarle que su política de criminalización de la protesta social provocó graves consecuencias al pueblo de Oaxaca dejando daños psicológicos a muchas familias mediante la operación de las caravanas de la muerte.

Las fotografías y vídeos de los hechos violentos de su gobierno son la evidencia de la práctica inhumana a la que sometió a una sociedad en resistencia. Los policías y los paramilitares que intervinieron en Oaxaca bajo su mandato accionaron sus armas contra la movilización magisterial y popular de la Sección XXII, acto que a la fecha niega el carnicero.

Este movimiento de bases ratifica que Ulises Ruiz no tiene la calidad moral para hablar del MDTEO al descalificar la lucha emprendida por la Abrogación Total de la Reforma Educativa de Peña. Nuestras demandas son claras; no aceptamos un régimen de excepción y simulaciones en las modificaciones a los artículos 3°, 31 y 73 Constitucionales.

Por varios años, a través de megamarchas y mítines hemos evidenciado la culpabilidad de Ulises Ruiz Ortiz y sus cómplices en los asesinatos del 2006, así como el alto grado de corrupción que implementó para debilitar el movimiento social y sus desvíos de recursos en la implementación de políticas públicas, como en materia de salud, el gran negocio de su gubernatura.

La cuenta está pendiente, aunque rechace las muertes y sangre que corrió en el 2006, los hechos demuestran lo contrario. Cárcel al asesino.

CENCOS XXII – PRENSA Y PROPAGANDA