MAYO COMBATIVO
La lucha por los derechos laborales y la democracia sindical
Radio Plantón
DOS SEMANAS después de que las voces disidentes retumbarán en las calles de la ahora ciudad de la resistencia en aquel 1 de mayo de 1980, cuando la base magisterial inconforme se zafaba del dominio de los charros que se había entronizado en la vida sindical de la Sección XXII, se mostró el hartazgo acumulado a propósito de la celebración del Día de la maestra y maestro, el 15 de mayo de ese año.
En esos días primeros del movimiento pro democratizador, de manera vertiginosa, se fue tornando en un torbellino iracundo dándole paso a un proceso organizativo distinto en las filas del magisterio oaxaqueño para desmantelar la estructura tradicional donde estaba enquistado el dominio de una burocracia sindical, como correa de transmisión del partido “revolucionario” institucional, conocida paradójicamente como “Vanguardia Revolucionaria”.
Paulatinamente, en el horizonte inmediato de la lucha por mejores condiciones de vida y de trabajo, se fue incorporando la exigencia de respeto a la democracia en la toma de decisiones, en los procesos para el nombramiento de las representaciones en los cargos de dirección sindical, en las delegaciones la efervescencia fue en aumento. El viento fresco que ya soplaba airadamente, vislumbraba una etapa de largo aliento para desterrar practicas gansteriles de todo tipo en la vida laboral y sindical de la Sección XXII.
El reclamo justo para que se atendieran las demandas del magisterio insurrecto, se estrellaba en el muro de un régimen autoritario y represivo, sin embargo, ello no hizo retroceder la lucha. Toda esa explosividad en el sector magisterial tuvo que esperar 22 años para que la rebelde primavera emergiera de manera vigorosa, luego de que en 1958 fuese reprimido el movimiento de la Sección novena del SNTE.
De tal forma que a pesar de que se hayan instituido las medallas al mérito para el reconocimiento a la labor docente y llevarla a cabo anualmente para su entrega acompañada de diploma y estímulo económico, por 30 y 40 años de servicio, no le redituaba mayor satisfacción a un vasto sector de trabajadores en activo que emplazaba al gobierno por un incremento sustancial al salario, descongelamiento de sobresueldos, pagos atrasados, entre otros reclamos. Este ritual se vio empañado de manera singular por la protesta organizada convocada para el 15 de mayo de 1980.
El rio humano que salió a marchar esa mañana, congregó a una multitud dispuesta a dejar en claro la justeza de miras, de aspiraciones y anhelos, largamente negados. Al paso de los contingentes de las diferentes zonas y regiones que sumaban miles y que esta ocasión además de portar pancartas y mantas, las profesoras y profesores se colocaron una cinta negra en la boca, rememorando la gran marcha del movimiento estudiantil de 1968.
Esta acción, -más otras- atrajo la simpatía de importantes segmentos de la población y la solidaridad empezó a manifestarse en favor del magisterio, entre esos conglomerados sociales destacaba el de madres y padres de familia apoyando desde ese entonces la lucha por una educación pública, gratuita, laica y obligatoria.
Vale recordar que uno de los contingentes posteriormente incorporado a la Sección XXII, fue el de las y los trabajadores de la educación en el medio indígena, agrupado en la Coalición de Promotores Bilingües del Estado de Oaxaca (COALIPBEO), ahora conocida como la CMPIO, que en los años previos al 1980, inauguró la era de la protesta en las instalaciones de la Secretaría de Educación Pública, con la toma del inmueble para que se atendiera su pliego petitorio.
En forma sintética, dejamos constancia de nuestra lucha emprendida por quienes nos antecedieron en el trabajo en las aulas, en las comunidades urbanas, rurales e indígenas y que ha sido alimentada la resistencia a las generaciones que, a lo largo de estos 39 años, los celebramos con dignidad y rebeldía.
Ahora más que nunca saldremos a las calles para expresar que sean respetados nuestros derechos laborales ante la aprobación de una reforma educativa que no corresponde con las aspiraciones legítimas de la Sección XXII y de la CNTE.
En la permanente lucha por la democratización del sindicato nacional, del país, y en defensa de la educación pública, gratuita, laica y obligatoria, también el silencio habló. ¡Este mayo de nueva cuenta es de lucha y de protesta!.