UN ESPACIO DE CONOCIMIENTO

La casa es el punto de encuentro donde los padres principalmente, establecen acuerdos para la organización y el sostenimiento de la familia, lo que significa que se van tejiendo cotidianamente relaciones que tienen como prioridad el trabajo; en este espacio cargado de historias en muchas ocasiones está enterrado el ombligo de los hijos/as, lo que hace que los que viven en ese lugar tengan un sentimiento muy especial de pertenencia e identidad.

La casa en estos momentos se ha convertido en el lugar seguro para hacerle frente a la contingencia sanitaria, en donde también la Secretaría de Educación Pública (SEP) la ha querido convertir en una escuelita con su programa “Aprende en casa” que tiene una estructura basada en contenidos de los libros de texto. Este planteamiento está centrado en la rutina escolarizada en donde los contenidos de aprendizaje, las tareas y las clases en línea conforman el paquete de una propuesta sustentada en la reproducción de conocimientos.

Los niños/as que viven en la casa cotidianamente conviven con diferentes normas familiares, el papá o la mamá le dicen que no debe salir a la calle porque es peligroso, que debe obedecer a sus mayores. Estas normas van a depender del contexto cultural en el que está creciendo, porque mientras en un medio lo importante es no dejar salir solo al niño/a a la calle, en otro es una necesidad que vaya a cuidar sus chivos, o que le vaya a dejar la comida a su papá que está trabajando en el campo. Hoy la reorganización familiar tiene que garantizar la seguridad sanitaria y las actividades de aprendizaje de los hijos en un ambiente natural de convivencia y trabajo.

El ambiente de trabajo familiar genera condiciones para que el niño/a dependiendo su edad, se incorpore a las responsabilidades que la casa requiere, como barrer, regar las plantas, asumir el cuidado de los animales; la responsabilidad es un valor que se vivencia en el cumplimiento de las acciones asignadas, significa organizarse con los niños/as sobre la base del trabajo que es una de las mejores maneras de establecer mecanismos de colaboración, ya que “con personas no participativas no habrá diálogo, no será posible el desarrollo humano que está pidiendo la filosofía de la liberación latinoamericana” (PASCUAL, 1988:23)

La casa es un espacio de conocimiento natural que manifiesta interacciones entre los distintos miembros, donde la palabra es el instrumento que permite la comunicación; en estos momentos de permanecer reunidos, la casa brinda posibilidades educativas inimaginables que tienen que aprovecharse familiarmente.

La libre expresión con los niño/as se puede plasmar en un diario que guarde lo que le ocurre, alguna vivencia familiar, un comentario, una anécdota; es decir que las páginas den cuenta de la memoria viva de las experiencias en casa, para que con el pasar de los años cuando incluso las hojas tomen ese color amarillento, que es el reflejo implacable del tiempo, nos acerquemos a mirar la vida cotidiana en tiempos de pandemia.

La lectura en casa debe convertirse en una actividad que reúna a los hijos/as para adivinar, disfrutar un poema o un cuento, si se prefiere se puede leer a solas; de lo que se trata es quitarle a la lectura esa carga tediosa de hacerla por obligación porque tiene que ser evaluada, hay que aligerarla para mirarla como un acto donde se encuentran mensajes que nos ayudan a vivir.

El cálculo matemático puede desarrollarse de manera natural con los niños/as en la cocina, en donde se pueden aprovechar elementos como problematizar con las listas de compras o con las recetas de cocina, que tienen posibilidades de plantear verdaderos retos matemáticos.

El respeto a la naturaleza se tiene que convertir en una acción donde el niño/a asuma la responsabilidad del cuidado de las plantas y los animales, si tiene un espacio puede sembrar alguna hortaliza; de lo que se trata es reflexionar juntos que la naturaleza nos alimenta, que a los seres vivos que nos alimentan hay que respetarlos y cuidarlos como se debe, como nuestra madre naturaleza.

El ambiente familiar en casa en estos tiempos anormales no tiene que llevar esa carga pesada y engorrosa, del cuidado de los niños/ as con el cumplimiento rutinario de las actividades escolarizadas que aumentan el aburrimiento; de lo que se trata es que repensemos que en esta contingencia sanitaria y en las próximas oleadas de la pandemia, la casa es un lugar seguro; significa que tiene que convertirse en un espacio natural de conocimiento.

RESISTENCIA 2020

PRIMARIA GENERAL CEDES 22

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